¡LA INTRIGA ENTRE DOS REYES DE ESTE MUNDO
SE EXTIENDE POR MAS DE 2000 AÑOS!
SE EXTIENDE POR MAS DE 2000 AÑOS!
DANIEL 11:
EL REY DEL NORTE
CONTRA EL REY DEL SUR
¡Shalom queridos corderos llamados. y hermanos inmersos del Amo y Soberano Yahushua, que se encuentran en la dispersión! Les habla y saluda su hermano, siervo y pastor ungido, Rafael.
El apóstol Pedro escribió acerca de “la palabra profética . . . a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación [u origen], privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Yahweh hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21).
En cierto sentido, la Sagrada Escritura puede ser considerada como un tipo de máquina del tiempo que describe fielmente los acontecimientos del pasado, presente y futuro, desde el punto de vista y lenguaje del Padre Creador Yahweh. Y aunque la profecía bíblica habla extensamente sobre eventos ya ocurridos en el pasado, hay también un período futuro al que la profecía se refiere más que a cualquier otro. Las Escrituras aluden a ese tiempo como “el tiempo del fin,” “el fin de los siglos,” y “los postreros días.”
Yahweh habla profusamente de ese período obscuro y tenebroso que ocurrirá inmediatamente antes de la segunda venida del Mashiaj y Rey, Yahushua. Por supuesto, El conoce perfectamente lo que sucederá en el futuro lejano y cuáles serán las naciones que protagonizarán los eventos de ese tiempo tan crucial. Y una de ellas, según la descripción histórica y geográfica que entrega la Escritura, es la profecía del "rey del norte."
El libro del profeta Daniel tiene múltiples profecías cuyos cumplimientos se extienden desde el tiempo en que este profeta vivía, hasta el retorno de Yahushua ja Mashiaj a la tierra. En Daniel 10 y 11, hay otra importante profecía que tiene implicaciones del fin del tiempo. Esta profecía es muy transcendental porque revela el clima político y las tensiones en Medio Oriente previo a las apariciones primeras y segunda de Yahushua ja Mashiaj como el Mesías. En ambos casos, Yahjrusalém termina siendo el centro de los conflictos políticos de esas épocas. Ya la primera fase o cumplimiento de esta profecía tuvo lugar, pero falta su cumplimiento final que está pautado para "los últimos días."
Respecto a la serie de imperios mundiales sucesivos desde el tiempo en que vivía Daniel, hasta los días del fin cuando Yahushua regrese y establezca Su Reino de verdadera paz y justicia eternas aquí en la tierra, la Escritura nos provee varias profecías paralelas que describen y dejan en claro un orden muy específico en que todos esos reinos aparecerían.
Mediante dichas profecías---por ejemplo, la del sueño del rey Nabucodonosor, la de las cuatro bestias de Daniel, la de los dos machos cabríos, la de los reyes del norte y del sur, la de las 70 semanas, y las de las cuatro bestias del libro del Apocalipsis--- analizándolas y comparándolas unas con otras, podemos establecer que todas esas profecías se refieren en común a unos mismos gobiernos humanos surgiendo para los mismos tiempos, solo que estando representados de distintas maneras o por diferentes símbolos.
La profecía acerca del rey del norte y del rey del sur no se puede entender aisladamente, ni sin considerar la estrecha relación que esta mantiene con las demás profecías concernientes a los imperios de este mundo, que nos han sido dadas en las Escrituras.
Esta es una predicción acerca de las intrigas políticas y choques violentos ocurriendo, durante un largo y muy largo tiempo, entre dos poderes antagónicos que se refieren en la profecía como el "rey del norte" y el "rey del sur." Los nombres simplemente se derivan de referencias a su localización geográfica, en relación con la tierra de Israel y con su capital Yahjrusalém. Recordemos que el siervo Daniel era un príncipe de Yahjrusalém, y que el pueblo del Israel de Yahweh es el centro de la profecía.
Daniel deja muy en claro que no todos los choques que estos dos poderes tendrían, habrían de ocurrir exclusivamente para los tiempos en que el viviría. Así que las dos potencias descritas en esta profecía históricamente ya vinieron pero aún otra vez vendrán en el futuro de las regiones del globo que están al norte y al sur de Yahjrusalém. Esto no significa necesariamente que tienen que venir de las regiones extremadamente al sur o del norte.
Con respecto a esto, es importante notar que cuando las Escrituras mencionan profecías, éstas por lo general usan como punto de referencia a Israel y su capital, Yahjrusalém. Yahweh describe a ambas como el lugar al que Yahushua ja Mashiaj regresará un día para gobernar sobre toda la Tierra.
El profeta Zacarías incluso menciona el lugar donde Mashiaj posará sus pies cuando descienda a este planeta: “Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Yahjrusalém al oriente . . . Y el Eterno será rey sobre toda la tierra” (Zacarías 14:3-4, 9).
Veamos en el libro de Daniel una de las descripciones de los tiempos del fin, en la cual se mencionan algunas de las naciones que estarán involucradas.
Noten lo que se dice en Daniel 11:40-45 y 12:1-2 luego de que estos reyes hayan contendido uno contra otro en muchas ocasiones y tiempos previos: “Pero, al cabo del tiempo, el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y con muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra esplendorosa, y muchas provincias (del rey del sur) caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.
“Extenderá su mano contra las tierras, pero no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le sucumbirán. Sin embargo, noticias del oriente y del norte (del noreste) lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte esplendoroso y santo; pero llegará a su fin, y no tendrá quien le asista.
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta aquel entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo---todos los que se hallen inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”
Es importante incluir estos últimos versículos dentro del contexto y de cualquier análisis, porque algunos intérpretes humanos de la Biblia creen que esta sección en realidad habla solo de un tiempo en el pasado. Pero tal como ustedes pueden ver, estos eventos claramente se refieren a los últimos días, desde el momento mismo que precederá a la venida de Yahushua ja Mashiaj hasta la resurrección de los muertos a Su regreso (vea 1 Corintios 15:22-23 y 1 Tesalonicenses 4:16), algo que ciertamente aún no ha sucedido.
La profecía sobre el rey del norte y del rey del sur fue dada a Daniel en el tercer año de Ciro, rey de Persia (Daniel 10:1). Un hombre, sin duda un ángel (Daniel 10:5, comparen con Daniel 9:21), vino a decirle Daniel lo que habría de ocurrir "en los últimos días." ¡El enfoque principal de esta profecía es lo que sucederá en el tiempo del fin!
Así, en esta sección vemos un atisbo al conflicto de los últimos tiempos entre varias alianzas de naciones, una de ellas liderada por un gobernante llamado “el rey del sur,” y una segunda comandada por “el rey del norte,” además de fuerzas “del oriente y del norte” (o posiblemente del “noreste,” para lo cual no hay un término equivalente en idioma hebreo), las que eventualmente se incorporarán a la batalla. Recordemos que los puntos cardinales aquí tienen como referente a Israel.
Durante el tiempo en que Daniel escribió esta profecía, la región del rey del norte estaba gobernada por el Imperio medo-persa. De manera que los primeros en ser el rey del norte fueron los persas, luego lo fueron los griegos luego del Imperio Medo-Persia ser conquistado por el Imperio greco-macedonio, el cual a su vez y subsiguientemente fue absorbido por el Imperio Romano, convirtiéndose este último en el rey del norte final y definitivo. Pues aun cuando el Imperio romano original colapsó en 476 D.C., ¡éste ha resurgido periódicamente a lo largo de la historia hasta el mismo siglo XX (bajo nombres como “Sacro Imperio Romano” u otro término equivalente)! Incluso la alianza entre Adolfo Hitler y Benito Mussolini (quien proclamó públicamente en Italia que estaba restaurando una versión del antiguo Imperio Romano) eventualmente desembocó en la masacre universal que resultó de la Segunda Guerra Mundial.
Según nos revela la profecía, este inicuo “rey del norte” está destinado a surgir una vez más en el tiempo del fin. Después de ser provocado, sus fuerzas arrasarán y ocuparan las tierras de un postrero e igualmente inicuo rey del sur.
La profecía que se describe en Daniel 10 es una de las más detalladas en toda la Biblia. El tercer año de Ciro era más de 500 años antes del nacimiento del Mashiaj Yahushua, el Hijo de Yahweh. Sin embargo esta profecía predice eventos que comenzaron a producirse casi inmediatamente en aquel momento y que se prolongarán hasta la segunda venida de Yahushua ja Mashiaj. Por lo tanto, esta profecía trata sobre una intriga política muy prolongada.
Algunos elementos de lo que transcurre son complejos, y requieren mucha atención. Pero nos aclara bastante que hagamos una comparación certera de las palabras proféticas con los registros históricos.
Daniel 11:1-35 nos cuenta hechos, muchos años antes de la intriga entre el rey del sur y el rey del norte. Hablemos sobre la identidad de esos reyes en lo concerniente a la primera fase de esta profecía...
En la historia secular, el rey del sur se refiere a menudo a Ptolomeo, uno de los cuatro generales del rey Alejandro Magno, que tomaron el control del enorme Imperio Greco Macedonio a raíz de la prematura muerte de su Alejandro Magno ("el grande"). La Dinastía Ptolemaica gobernó desde Alejandría en Egipto, que en efecto está al sur de Israel.
Por otra parte, el rey del norte gobernó desde Antioquía en Siria, al norte de Israel, bajo el nombre de Seleuco, o Antíoco, de quien deriva el nombre de la ciudad de Antioquía. Recordemos que las profecías de Daniel proveen fechas bastante exactas para sus cumplimientos. Ningún otro gobernante de esa época encaja con las descripciones dadas en la profecía sobre la identidad del rey del norte y del rey del sur.
Con esto en mente, vamos a examinar algunos de los detalles de esta profecía. Encontramos más información certera sobre el cumplimiento histórico de mucho de esta profecía en recursos confiables tales como el Bible Commentary Expositor, del que citamos a continuación, u otras obras de referencia probadas como confiables. En lugar de nuestras citas de todo el pasaje de las escrituras, les recomendamos que lean en sus propias Escrituras los versículos que citamos. Sobre Daniel 11:2: Los "Magos Reyes" son Cambises, el hijo mayor de Ciro; pseudo-Esmerdis, un impostor que se hizo pasa por hijo menor de Ciro, que había sido asesinado en secreto; y Darío el persa. "El rey persa que invadió Grecia era... Jerjes, quien reinó 485-464 A.C." (Del Expositor, p. 128). Nadie mas encaja con el tiempo revelado para el cumplimiento de esta fase de la profecía.
Sobre Daniel 11:3-4 teneos que decir: El verso 3 nos introduce a... el ascenso de Alejandro el Grande (Alejandro Magno). Veamos lo que sabemos acerca de este rey. La frase idiomática en el verso 4 sugiere claramente que este poderoso conquistador iba a tener un reinado comparativamente breve... En siete u ocho años logró la más deslumbrante conquista militar en la historia humana. Pero él vivió por solamente cuatro años más; y... murió de fiebre en el año 323, a.c.... Todo esto es historia probada, ¡y no invento ni fantasía ni suposición de nadie!
Tras su muerte el reino de Alejandro fue dividido "entre cuatro imperios más pequeños y más débiles" (del Expositor, p. 129). El hijo de Alejandro había sido asesinado en 310 a.c., y un hermano ilegítimo asesinado en el 317 a.c.. "Por lo tanto no hubo descendientes o parientes consanguíneos que pudieran alcanzar el mismo éxito de Alejandro" (ibíd.). Así que su reino no fue dividido "entre su posteridad" (confirmando lo que dice en Daniel 11:4).
Los cuatro generales de Alejandro entran en guerra por el control de su enorme imperio. Las posteriores luchas por la dominación van eliminando a todos, excepto a cuatro, quienes muy efectivamente se convirtien en cabezas de las cuatro divisiones de su imperio. Los cuatro generales que se dividieron el imperio fueron Casandro, reinando en Grecia y en el oeste, Lisímacus en Tracia y Asia menor, Ptolomeo en Egipto, y Seleuco en Siria. De estos cuatro, solo dos---Ptolomeo y Seleuco — expandieron su gobierno y territorio. Estos eran los reyes de Egipto y Siria, respectivamente.
En la profecía de Daniel, las maquinaciones que siguen en la narrativa se refieren a estos dos personajes. Se refieren a Ptolomeo como el rey del sur y a Seleuco como el rey del Norte, debido a su ubicación en relación con Yahjrusalém y al tiempo dado para el cumplimiento de esta profecía. (La ubicación geográfica y el tiempo revelado en la profecía, son factores tan importantes como la propia descripción de los personajes, y no se pueden pasar por alto si deseamos obtener la revelación correcta de sus cumplimientos.)
La historia secular demuestra quien cumplió Daniel 11:5: "El rey del sur tiene que ser Ptolomeo I" (del Expositor, p. 130). La expresión bíblica "uno de sus príncipes" se refiere a Seleuco, otro de sus "generales." Apenas se había cumplido originalmente con Ptolomeo. En la intriga ocurrida después de la muerte de Alejandro Magno, Seleuco finalmente obtuvo el control de Siria y al hacerlo se convirtió él en el rey del norte. Seleuco eventualmente ejerció más poder que Ptolomeo. La dinastía de la línea de los Seléucidos debía continuar hasta el año 64 A.C., y no olvidemos que mientras el imperio greco-macedonio permanezca en pie, "el rey del norte" seguirá siendo éste.
¿Que sucede luego dentro del imperio greco-macedonio? Siguen las intrigas.
Los choques y amenazas entre el rey del sur y el rey del norte no cesan. Todo esto provoca tensiones. A raíz de esto, ahora "la guerra de Laodicea" surge y empieza a ser descrita en Daniel 11:6. Vemos que un terrible estado de tensión y de hostilidad existen entre aquel rey del sur y el rey del norte. Ptolomeo muere en 285 A.C., pero las tensiones continúan y en el año 252 los dos poderes intentan forjar un tratado para que haya paz entre ambos reyes, bajo el cual Berenice, la hija de Ptolomeo II (entonces rey del sur) iba a casarse con Antíoco II, entonces el rey del norte. Pero, Laodicea, la primera esposa de Antíoco II, estaba iracunda porque su esposo se había divorciado de ella para casarse con otra.
En represalia, Laodicea manipula una conspiración desde su lugar de destierro. Laodicea se convirtió en una especie de portavoz del pueblo que no consentía la unión con el rey del sur. ¿Que sucedió? Laodicea dictó y ejecutó lo que el pueblo quería, y que su ex-esposo Antíoco II no quería hacer. ¡Ella puso un fin a las intenciones de su ex-esposo "eliminando" a Berenice del panorama político y amoroso de Antíoco! Si, ¡Laodicea ordenó a Berenice y a su pequeño hijo ser asesinados! Dice el registro histórico que, "no mucho después el rey [Antíoco II] fue envenenado..." (ibíd.). ¡Mandó tambien matar a su ex-esposo! ¡Laodicea tan era mala y vengativa como lo había sido su ex-esposo Antíoco II!
Como resultado de su osadía se hizo popular, y Laodicea se levantó y se estableció a sí misma como reina de los greco-macedonios, porque su hijo Seleuco II era demasiado jovencito para gobernar. La frase en la profecía que dice "ella [Berenice] deberá ser rendida" se refiere al golpe de estado tramado por Laodicea diseñado para efectuar la ejecución de su enemiga Berenice. Incluso algunos nobles que habían apoyado a Berenice como Reina fueron llevados cautivos también.
Laodicea no lo sabía, pero si Berenice se hubiera casado con Seleuco II, los reinos del norte y del sur se habrían consolidado, ¡y la profecía de Daniel jamás se hubiera cumplido de ahí en lo sucesivo! ¡Tenían que permanecer antagónicos! Por esta razón Yahweh permitió que Laodicea emergiera y aplastara las intenciones de su marido de amalgamar a los dos reinos mediante un divorcio y matrimonio al que ella obviamente objetaría.
Daniel 11:7-9, leamos que sucede ahi: ¡Siguen las represalias! Una serie de acciones militares, que llegan a ser conocidas como la guerra de Laodicea, resultan. Ptolomeo II murió poco después que Laodicea matase a la hija de éste, Berenice. Y ahora Ptolomeo III, hijo de Ptolomeo II, intenta vengar la muerte de su hermana. Este Ptolomeo, el rey del sur de ese momento, ¡ataca y captura la capital Siria de Antioquía del rey del norte!
Todo esto está en la historia, y ningún otro evento histórico de esa fecha concuerda y cumple tan perfectamente la profecía de Daniel. El versículo 8 describe la recaptura por Ptolomeo de "ídolos perdidos y tesoros sagrados" (Expositor, p. 131) que habían sido robados de Egipto por Cambises en el año 524 A.C. Ptolomeo III recupera estos objetos de valor. Al fin, una especie de tregua fue concluída entre Ptolomeo III y Seleuco II en 240 a.c., y las hostilidades entre ambos fueron cesadas hasta el año 221 a.c., cuando Ptolomeo III murió. Pero las intrigas y las luchas entre "el rey del norte y el rey del sur" todavía no se detendrían por mucho MUCHO tiempo, tal como dice Daniel en la profecía.
Daniel 11:10-12 muestra otro "choque" mas entre estas dos naciones: Los hijos de Seleuco II atacan al rey del sur después de la muerte de su padre. Uno de estos hijos, Seleuco III, reinó sólo tres años. Su actividad militar fue relativamente una menor. Seleuco III también murió por envenenamiento. Otro hijo de Seleuco II, Antíoco III (el grande) cumplió el "abrumar y pasar," y conquistó a Judea.
Entonces, Ptolomeo IV, el rey del sur, tomó otra vez represalias contra el rey del norte (Daniel 11:11) y efectivamente derrotó al ejército mucho más grande de su enemigo Seleuco III, en lo que se conoce como "la batalla de rafia." Después de su victoria Ptolomeo IV se tornó a una vida de libertinaje, durante el cual asesinó a decenas de miles de judíos que vivían en Egipto (Daniel 11:12). No obstante, todo esto había debilitado su reino.
En Daniel 11:13-16, la frase "al final de unos años" se refiere a un incidente cuando, 14 años después de su derrota, Antíoco III (el entonces "rey del norte") vino contra Ptolomeo V (el entonces "rey del sur"), siendo todavía un muchacho joven. Ptolomeo IV había muerto en el año 203, a.c., y su hijo lo había sucedido como rey del sur. No obstante, ahora las provincias egipcias estaban en el caos debido a la miserable gobernación de Ptolomeo IV, y poca de su propia gente lo favorecía. Por eso, muchas de las personas — incluyendo a los judíos---simpatizaban con el rey del norte, al extremo de que se unieron con Antíoco III contra el rey del sur. Pero la rebelión fue aplastada en última instancia por el general egipcio Scopio (Daniel 11:14). ¡El rey del sur ganó!
Scopio rechazó también las fuerzas de Antioco III durante el invierno del 201-200 y amplió su dominio. Este rey del norte, Antíoco III, respondió con otra invasión. Capturó la ciudad de Sidón ("una ciudad fortificada"), donde se rindió Scopio (cumpliendo Daniel 11:15). Antíoco adquirió el control total de la Tierra Santa, la "tierra gloriosa" (cumpliendo Daniel 11:16). ¡Nadie mas pudo haber cumplido todo esto para aquellos tiempos!
Daniel 11:17: "El [el rey del norte] resolverá avanzar con todo el poderío de su Reino; y, cuando acceda a términos con el rey del sur, dará a su hija en matrimonio a él, con el fin de la destrucción del Reino; pero el Tratado no va a perdurar ni será su propósito uno que sirva."
Esto también se cumplió, tal y como lo había escrito el profeta: Habiendo derrotado a Scopio, Antíoco III "el grande," y deseando ahora obtener el control total de Egipto por sí mismo, planifica una estrategia. Él entrega a la hija de Scopio, llamada Cleopatra, a Ptolomeo V en matrimonio. Antíoco creyó que este matrimonio actuaría a su favor y que Cleopatra traicionaría los intereses de su marido. Pero ella, Cleopatra, había frustrado los planes concertados contra Ptolomeo.
Daniel 11:18-19: Roma se empieza a involucrar en la situación. En su frustración, Antíoco el grande ataca las islas y ciudades de la zona del Mar Egeo. Antíoco también dió asilo al enemigo de Roma, Aníbal de Cartago, quien lo asistió en el aterrizaje ejecutado en Grecia. Pero ahora, es Roma quien responde atacando a Antíoco y a Aníbal e inflige una derrota a sus fuerzas. Los romanos habían desprovisto a este Antíoco de gran parte de su territorio, y llevaron a varios de sus poderosos como rehenes a Roma, ¡incluyendo al propio hijo de Antíoco! Roma ahora exige tributo de Antíoco (Daniel 11:18).
Con todo esto que va sucediendo, el imperio greco-macedonio empieza a menguar ante las presiones e invasiones romanas, hasta que Roma llega a absober totalmente al imperio griego y así convertirse en el siguiente "rey del norte." El reino del rey del norte termina siendo absorbido por el Imperio Romano, y ese poder se convierte entonces en el reino norteño descrito en la última parte de Daniel 11.
De manera que hasta el versículo 18, los romanos siguen aumentando la presión contra el rey del norte griego. Este rey Antíoco regresa en deshonra a la ciudad- fortaleza que lleva su nombre, Antioquía. Incapaz de pagar los honorarios pesados exigidos por los romanos, Antíoco III intenta saquear un templo pagano. Pero su acción en este sentido enfureció a los habitantes locales al grado que lo asesinaron, llevándolo a un final "poco glorioso" (Daniel 11:19).
Daniel 11:20: Mientras que no es parte del canon de la Escritura tradicionalmente conocida como inspirada, el libro histórico de Macabeos 3:7-40 dice que otro hijo de Antíoco III, Seleuco IV, también fue incapaz de pagar los impuestos.
Los romanos siguen presionando al imperio griego. En un intento para aplacarlos y pagarles ese dinero, Seleuco IV envió a un judío llamado Heliodoro, para saquear el templo en Yahjrusalém. Heliodoro fue a la ciudad Santa, pero no obtuvo nada. Seleuco IV fue enrarecido por Heliodoro y muerto, "pero no en ira o en la batalla." Ahora en el hilo de la historia aparece el infame hermano de Seleuco IV, Antíoco IV llamado "Antíoco Epífanes."
El sirio Antíoco Epífanes aparece en Daniel 11:21-35: Este pasaje habla del infame Antíoco IV (conocido también como Epífanes), el hermano del fenecido Seleuco IV, que antes había sido tomado como rehén y llevado a Roma. Este hombre era un "tirano opresor que hizo todo lo posible para destruir la religión judaica en colectivo" (Expositor, p. 136). Odiaba a los romanos, pero también desarrolló un odio por todo el mundo que no fuera griego y que no cayera en sus manos, y con ese enorme odio retuvo su poder como "rey del norte" (era del dominio greco-macedonio) por un tiempo mas.
Antíoco Epífanes aprobó leyes que prohibían la práctica de la religión judía, bajo pena de muerte. Era un hombre de increíble crueldad. Bajo sus órdenes "un escriba envejecido, Eleazar, fue azotado hasta la muerte porque se negó a comer carne de cerdo. Una madre y sus siete hijos fueron sucesivamente masacrados, en presencia del gobernador, por negarse a rendir homenaje a una imagen. Dos madres que tenían circuncidar a sus hijos recién nacidos fueron conducidas a través de la ciudad y lanzadas precipitadamente de una muralla" (comenta Charles Pfeiffer, en su registro titulado "Entre los Testamentos," 1974, págs. 81-82).
Veamos Daniel 11:31 a la uz de la historia: Esto aquí se refiere a los acontecimientos trascendentales del 16 de Dic. del 168 A.C., cuando un endemoniado Antíoco entró en Yahjrusalém y mató a 80,000 hombres, mujeres y niños (5: 11-14). Entonces él profanó el templo santo ofreciendo un sacrificio al dios griego y jefe de todos los baalim, Zeus o Deus (de donde proviene la palabra "Dios"). Este escándalo perpetrado contra el templo santo fue el precursor de un evento similar que Yahushua dijo que ocurriría desde su primera venida hasta su final retorno en los últimos días (Matt 24:15). Asi vemos que la profecía de Daniel tiene mas de un cumplimiento inicial del que ya se registró en la historia, ¡sino que le falta un posterior cumplimiento que aún ha de suceder!
Daniel 11:32-35: Estos verículos parecen describir, en un nivel, la indomable voluntad y el valor de los Macabeos, una familia de sacerdotes que resistían al sirio-greco Antíoco y a sus sucesores. La revuelta de los Macabeos contra este rey del norte fue provocada cuando "Matatías, el sacerdote principal en la ciudad, después de matar a un oficial de Antíoco que había venido a imponer el nuevo decreto sobre la adoración idolátrica... dirigió una banda de guerrilleros judíos que huyeron a las montañas..." (Expositor, p. 141).
Matatías fue ayudado en su causa por cinco hijos, más notablemente por uno que se llamaba Judá o Judas, apodado "Maqqaba" (vocablo arameo para martillo, de dónde deriva el nombre de los Macabeos). Muchos de estos patriotas murieron en esta causa, aunque su heroísmo en última instancia solo condujo a las fuerzas sirias del país contra la Tierra Santa y los judíos no pudieron prevalecer.
En otro nivel y aplicación futura, estos pasajes incluso podrían referirse a la Asamblea de Nuevo Pacto, con sus referencias a obras poderosas, a la persecución y a la apostasía de algunos...los santos serán perseguidos y serán vencidos en sentido físico, pero no en sentido espiritual. En ese sentido---que es el que ultimadamente importa---los santos vencerán.
¿Quién fue ese rey del norte durante el período inmediatamente previo al nacimiento de Nuestro Amo Yahushua ja Mashiaj? En el año 65, a.c., la Siria de los seléucidos fue absorbida por el Imperio Romano. De hecho, ¡en ese momento ese imperio se convirtió en el reino del norte! Esta es la transición clave que nos permite entender cómo es que esta profecía se aplica y se va a cumplir en el tiempo del fin. De ahí en adelante, el término profético "rey del norte" ya mas nunca es una referencia a los reyes griegos ni a los Seléucidas de Siria, sino que se refiere a los líderes del Imperio Romano y sus sucesores.
Daniel 11:36-38 describe acciones de emperadores romanos y sus sucesores, pasando a través del tiempo hasta llegar hasta el final "carismático líder" de los últimos días. El capítulo 11 hasta este punto había contenido predicciones sorprendentemente precisas de toda una secuencia de eventos desde el reinado de Ciro el persa... hasta el esfuerzo ultimadamente infructuoso del sirio Antíoco Epífanes para acabar con la fe judía.
Pero de Daniel 11:40 en adelante, el profeta se refiere a eventos que aún están por venir ("Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él..."). Claramente, estos dos reinos se verán involucrados en otro estallido mas---el final y definitivo---de ese antiguo conflicto. Solo que esta vez la conclusión será muy distinta a la que había estado ocurriendo en el pasado, ¡porque estos eventos llevarán directamente a la Batalla de Armagedón y a la segunda venida de Yahushua ja Mashiaj!
El sucesor final de este rey intentará, como lo han hecho sus precios antecesores, restaurar en Roma un imperio mundial como el que hubo hace 2,000 años cuando Yahushua vino por primera vez a esta tierra. Este gobierno es la "cuarta bestia" de la que el apóstol Juan habla en Apocalipsis. Será, una vez mas, un sistema dictatorial y militar, con el apoyo de una gran iglesia mundial pero falsa, que es representada como una gran ramera que tiene relaciones inmorales con los gobernantes de este mundo (Apoc 13:11-12, 17:1-7).
Dado el hecho que la bestia mencionada por Daniel en el cap. 7 existirá para los tiempos del regreso de Mashiaj, al igual que la poderosa bestia que Juan vió en el cap. 17, ambas profecías son la misma, y ambas bestias del tiempo del fin son UNA y la misma, ¡ya que hablan de la misma resurrección del imperio romano en los tiempos del fin!
Aunque no tenemos una bola de cristal para saber estas cosas, sí tenemos algo mucho mejor: la propia Palabra de Yahweh. Como dijo Yahweh en Isaías 46:9-10: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Yahweh, y no hay otro Elojim, y nada hay semejante a Mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” ¡Solo El puede decir con plena seguridad y certeza lo que depara el futuro! Y este maravilloso y amoroso Elojim nos lo revela por adelantado a nosotros los de Su pueblo santo quienes "guardamos Sus mandamientos y tenemos el testimonio de Su Hijo Yahushua"....¡y a nadie mas se lo revela!
El cumplimiento histórico de la profecía, una vez realizado, ahora cambia al cumplimiento futuro de esa misma profecía. Del versículo 38 en adelante, vemos que en la profecía de Daniel este punto adquiere definitivamente un tono diferente, refiriéndose explícitamente a "el tiempo del fin" desde el final del versículo 35. Para citar del Expositor: "Esta sección presente (vv. 36-39) contiene algunas características que difícilmente se puedan todas aplicar a Antíoco IV nadamás, aunque la mayoría de los detalles podrían aplicársele a él así como a su antetipo de los últimos días, 'la bestia'." (Expositor, p. 143).
Desde Antíoco Epífanes en adelante, poco de más de un siglo pasaría, hasta que el general romano Pompeyo conquistara a Yahjrusalém y de ahí en lo sucesivo Roma se convirtiera en el rey del norte. Los greco-romanos (y también los sirios, que estaban bajo el dominio griego), dejarían de ser "el rey del norte." Luego de muchos siglos, finalmente gran parte del Medio Oriente pasó al control del imperio romano. ¡Eran los romanos lo que gobernaban Judea cuando el Mashiaj estuvo en la tierra! Y de ahí en adelante se empezó a cumplir la profecía acerca de la "bestial final."
Ya la primera invasión romana de Yahrusalém ocurrió luego de la muerte del Amo Yahushua ja Mashiaj, cuando las tropas del General Tito arrasaron la ciudad, y salvajemente la destruyeron y quemaron con todo y su gran templo, ¡dispersando a sus sobrevivientes hacia las naciones! Pero no todo se ha cumplido ahí. ¡La Escritura revela que lo mismo va a volver a suceder justo antes de que el Amo Yahushua retorne a reinar sobre la tierra!
Examinando otras profecías dadas por Daniel, vemos que el plazo concedido al verdadero Israel como pueblo de Yahweh, termina al final de las 70 semanas, o sea, 490 años. A más tardar, este período finaliza en el año 34 D.C., el año de la muerte de Nuestro Amo. Durante los 3 años y medio después de la muerte de Yahushua, se predicó el evangelio exclusivamente a los de la Casa de Judah, el cual relativamente muy pocos aceptaron. En ese tiempo, y a consecuencia de su incredulidad, comenzó una terrible persecución de los judíos hacia los creyentes, siendo Esteban el primer hombre en sufrir el martirio por causa de la Palabra y de su conversión.
¿Qué sucedería en aquel tiempo con la ciudad de Yahjrusalém? ¡Lo mismo que sucederá en el futuro! Es decir, esto:
"...y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario..." (Daniel 9:26). Lo mismo que ya fue, volverá a ser---dice la Escritura.
Y en efecto, sucedió tal como había sido predicho: la cuarta bestia, es decir, los ejércitos romanos, sitiaron la ciudad de Yahjrusalém en el año 70; y después de sitiarla y reducirla por hambre, fue tomada por asalto, quemada y destruida. ¡Más de un millón de sus habitantes fueron muertos por las tropas del General romano Tito!
La exactitud de la profecía bíblica, especialmente estas predicciones quasi-matemáticas, son el sello de garantía de la veracidad de la profecía y son la comprobación irrefutable de que toda la Escritura es inspirada por Yahweh.
Además, la profecía de las 70 semanas de Daniel es la prueba más clara e inconfundible de que Yahushua fue el Mesías prometido. ¡No hay excusa para no creer! Pero ahora falta que se repita la misma historia, antes de que el Amo Yahushua retorne.
En efecto, la misma bestia que "antes fue" volverá a resurgir en la escena mundial para los "últimos días," ¡y volverá a tomar y saquear la ciudad santa y matar a muchos! Pero primero se tiene que cumplir un evento que ha sido profetizado por Daniel en la profecía del rey del norte y del rey del sur. ¡Ocurrirá un final "choque" entre estos dos antiguos enemigos, el rey del norte y el rey del sur!
El legado de este conflicto Norte-Sur es visible aún hoy en día. La tensión entre una Europa tradicionalmente romano-cristiana y un profundamente islámico Oriente hacia el sur, se encuentra en sus niveles más altos desde la ofensiva otomana del siglo XIX.
Este conflicto secular/económico/político/religioso se reanudará según el tiempo del fin se acerque. El rey del sur siegue siendo Egipto, y no ha parado de existir, pero tiene que resurgir la bestia que encaja con la descripción del rey del norte, la cual misteriosamente "ha desaparecido temporalmente."
Apocalipsis 17:8
"La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y que vendrá."
Un imperio romano revivido buscaría una mayor influencia en esta región vital, y según la profecía las llegará a controlar. Y las potencias regionales musulmanes sin duda querrían tomaría represalias y sufrirán las consecuencias por haber tenido la osadía de enfrentarse a la cuarta bestia "espantosa y terrible," ¡ante la cual los habitantes del mundo se maravillarán y dirán "¿quien como ella?"!
En Daniel 11 podemos ver que el rey del sur de los últimos tiempos será un líder que comandará un grupo de naciones ubicadas en su mayoría al sur de Israel, pero que también se extenderá al este y al oeste, ya que las Escrituras nombran a varias de ellas: Egipto y Etiopía, al sur; Edom, Moab, Amón (tres naciones antiguas que componen gran parte de la Jordania moderna, al oriente de la tierra santa), y Libia (al occidente).
Noten lo que las Escrituras aseguran acerca de este enfrentamiento, dice que “muchas provincias caerán," implicando que puede abarcar otras naciones cercanas ubicadas al este, al sur y al oeste de la tierra santa pero que no son mencionadas por su nombre. Estas naciones hoy tienen en común dos factores: en su mayoría son de descendencia árabe, y su religión es el islam.
Entonces, esta confederación llamada y descrita como el final "rey del sur" está constituida principalmente de naciones árabes cuya religión es el islam. Posiblemente se trate de un califato islámico renacido, el cual desde hace mucho ha sido un sueño para millones de musulmanes. Pero ellos también sueñan con conquistar a Europa y revivir los días del esplendor de los imperios islámicos anteriores, que durante siglos invadieron---y en algunos casos dominaron parcial o completamente por cierto tiempo---España, Portugal, Francia, Europa Oriental, Sicilia e Italia.
En años recientes varios líderes y personalidades religiosas musulmanas han hecho alarde de su deseo de capturar a Roma, a la que consideran el trono de Europa y del cristianismo. Según su perspectiva, una victoria en tal sentido probaría la superioridad del islam sobre el cristianismo.
Otros países no árabes, como Paquistán (que posee docenas de cabezas nucleares) e Irán, del cual se sospecha que está adquiriendo armas nucleares, son también reinos islámicos en su gran mayoría. Más aún, varias ramas militantes de la religión islámica están trastornando una gran franja del mundo que se extiende desde la costa atlántica de África del Norte hasta Afganistán y la India.
Donde Rusia y China parecen encajar bastante en la profecía de Daniel, es cuando indica que después de que el rey del norte invada la Tierra Santa, “noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44). Debido a que varias naciones de esta región serán invadidas y conquistadas por el rey del norte, lógicamente habrá una reacción militar por parte de las potencias principales al norte y al este (o, nuevamente, posiblemente al noreste) de esa región, para tratar de contrarrestar un avance continuo y desenfrenado de este rey del norte.
Al este de la Tierra Santa se extiende una gran franja de naciones musulmanas que se enfurecerían frente a la toma de la tercera ciudad más santa del islam, Jerusalén. Entre ellas están Jordania, Irak, Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Baréin, Omán, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Afganistán, Paquistán y varias naciones predominantemente musulmanas de la antigua Unión Soviética, además de India, con sus 200 millones de musulmanes. Al norte de la Tierra Santa hay más naciones musulmanas: el Líbano, Siria y Turquía, además de áreas de Rusia que tienen grandes poblaciones islámicas.
Cualquier invasión a la Tierra Santa liderada por Europa, como se predice en esta profecía, sería vista por los musulmanes de estas regiones como otra “cruzada” en contra del islam. Y aunque a los oídos occidentales la palabra “cruzada” les pueda sonar un poco extraña, ese es precisamente él término que usaron los musulmanes para describir las invasiones a Irak y Afganistán lideradas por Estados Unidos. En las mentes de millones de musulmanes las cruzadas nunca han terminado y el islam continúa en pie de guerra contra el cristianismo en una batalla por la supremacía, tal como se refleja en las palabras y acciones de muchos yijadistas en la actualidad.
Sin duda, una toma de "Jerusalém" y de la Tierra Santa por parte del rey del norte (que para los musulmanes, son las nacciones "occidentales") convocaría a muchos musulmanes para pelear y expulsar a los “cruzados,” tal como ocurrió en Irak y Afganistán cuando las fuerzas occidentales fueron forzadas a retirarse en medio de una gran humillación. El vacío que dejaron fue llenado apresuradamente por grupos militantes islámicos, con el consecuente caos que ya el mundo conoce.
Daniel 11:44 nos dice que “noticias del oriente” perturbarán mucho al rey del norte. ¿A qué puede referirse esto? La propia Escritura nos lo revela:
El libro de Apocalipsis, explicando ciertos aspectos de la profecía de Daniel que había estado "sellada," describe dos avances principales de tropas que involucran al río Éufrates, la antigua frontera entre el Imperio romano y sus adversarios al oriente. Sin duda que estos desplazamientos desde el oriente ocurrirán en retalación a la toma de la Tierra Santa por parte del rey del norte.
Las potencias orientales desplegarán un masivo ejército de 200 millones y lanzarán un aparente contrataque llamado “el segundo ay,” cuando otra tercera parte de la humanidad morirá, evidentemente por el uso de armas de destrucción masiva (Apocalipsis 9:13-18). Luego, a medida que se aproxime el regreso de Yahushua ja Mashiaj, una fuerza liderada por “los reyes [gobiernos] del oriente” cruzará el Éufrates, que se habrá secado a consecuencia de la sexta de las siete plagas, las que colectivamente son llamadas “el tercer ay” (Apocalipsis 16:12) pues ocurren tras el toque de la séptima trompeta.
Como se explicó anteriormente, al este de la Tierra Santa hay un gran número de naciones musulmanas. Más hacia el oriente se encuentran las grandes potencias de la India, China y el Japón, además de otras naciones islámicas como Indonesia y Malasia. Algunas de estas naciones muy bien podrían conformar esa alianza pofetizada, ya que el Medio Oriente tiene gran relevancia para sus intereses nacionales. El petróleo del Medio Oriente es muy importante para varias de ellas, y quienes profesan la fe islámica en Asia consideran que las ciudades de Yahjrusalém, la Meca y Medina (estas dos últimas en Arabia Saudita) son sus bastiones sagrados.
Indudablemente, para estas naciones sería inaceptable ver a sus ciudades sagradas bajo la amenaza de ser tomadas por una potencia extraña como lo sería una europea. Además, con las fuerzas europeas gobernando al menos parte del Medio Oriente, el equilibrio del poder y la riqueza cambiaría radicalmente y se inclinaría en contra de estas potencias islámicas.
Rusia, por su lado, podría inclinarse a formar parte, tanto del rey del norte como del rey del sur finales, ya que muchas veces tienen intereses económicos y políticos en común con ambos lados.
Tal como un artículo reciente de la revista El economista destacó, “las relaciones entre Rusia y la China (el vecino más grande de Rusia y la mayor potencia de Asia), están prosperando, alentadas por el acuerdo al que llegaron en mayo pasado [2014] de suministrar gas siberiano a China por 30 años a través de gaseoductos . . . China tiene una gran necesidad de energía rusa; y como otro miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, es un importante escudo político” (“Banyan: Bear With Us”, 21 de febrero de 2015, p. 41).
Por lo tanto, una amenaza al suministro de petróleo del Medio Oriente y a sus imprescindibles vías marinas definitivamente provocaría una reacción inmediata por parte de cualquiera de estas naciones. China, con su población de más de mil trescientos millones, podría ciertamente desplegar una inmensa fuerza militar, y el la fuerza y la tecnología militar de Rusia también son de primera categoría.
En cuanto al rey del norte, la Escritura dice que contenderá con aquellos que eventualmente formen una alianza en contra de él y que “saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44).
Vemos entonces que hay dos movimientos principales de fuerzas geopolíticas ubicadas al este y al norte de la Tierra Santa, más allá del río Éufrates, y varios candidatos importantes que también podrían formar parte de estas fuerzas. Ello incluiría a la inmensa población de musulmanes a lo largo del sur de Asia, como también a la gente de Rusia, China, India y Japón.
La marcha final para luchar contra las fuerzas europeas en la Tierra Santa culminará con la convergencia de ambos bandos en el Valle de Har Meggidó (Armagedón) y la gran batalla en las inmediaciones de Yahjrusalém al regreso de Yahushua, en la cual tanto las fuerzas europeas como las de Oriente serán totalmente destruídas.
El fortalecimiento del poderío humano está destinado a tener un gran impacto en los eventos de los últimos días que culminarán con el regreso del Mashiaj, por lo que debemos estar vigilantes y prestando atención a las noticias del mundo, especialmente en lo que respecta a estas importantes naciones.
Sin embargo, después de todo hay buenas noticias para el Pueblo Santo y para las naciones del resto del mundo a partir del séptimo día milenario. Al final del sexto día milenario, Yahushua regresará a la tierra para poner fin a la política humana, la codicia, la tiranía y la guerra. Una de las escrituras más alentadoras en este sentido se encuentra en Isaías 2, que describe lo que ocurrirá después de que este tiempo de conflicto global termine y Yahushua venga a gobernar sobre las naciones.
Nuestra esperanza y meta final es ser parte de su Reino venidero, ya que en ese entonces por fin habrá paz y armonía sobre la Tierra. ¿Les gustaría ser también parte de ese Reino? Pues sepan que este es el objetivo de estos mensajes reveladores, alertadores y alentadores.
Les dejaremos por ahora para que mediten con estos versos de Isaías 2:3-4, ya que describen esa maravillosa solución a la guerra: “. . . Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Elojim de Jacob; y nos enseñará Sus caminos, y caminaremos por Sus sendas. Porque de Zión saldrá la ley, y de Yahjrusalém la palabra de Elojim. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; ¡y ya no alzará mas espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra"!
La Palabra de Yahweh se interpreta a sí misma. La Escritura nos provee varias profecías paralelas que describen la serie de imperios mundiales sucesivos desde el tiempo en que vivía Daniel, hasta los días del fin cuando Yahushua regrese y establezca Su Reino de verdadera paz y justicia eternas aquí en la tierra. Mediante las cuales, analizándolas y comparándolas, podemos establecer que todas esas profecías se refieren a los mismos gobiernos humanos, solo que representados de distintas maneras. No hay excusa para no entender cuando la Verdad Kodesh es presentada como la presenta Yahweh.
Cuando las personas insisten en enseñar herejías---cosas contrarias a la sana doctrina y a la fe dada de una vez y por todas a los santos---Yahweh los hace responsables y los trata como engañadores que obran no para El, sino para el servicio de Satanás. Veamos la advertencia que Yahweh hace al final del Apocalipsis: “Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Yahweh quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:19).
Mas abajo en esta misma página, no se pierdan un útil bosquejo de la cronología de la profecía, y que Nuestro Abba Yahweh los ilumine, guíe por el camino correcto y guarde a todos de caer en la herejía y libre de todo mal, ¡para que sean benditos y resulten salvos en el día postrero!
Su siervo, hermano y pastor,
Rafael
Esquema cronológico de los eventos narrados en Apocalipsis
(Utilicen este recuadro para entender la cronología del Apocalipsis)
LOS SIETE SELLOS
Al ser abierto el séptimo sello, por fin se puede abrir todo el rollo. Gran parte de lo que queda del libro está subdividido en siete partes principales, cada una anunciada por el toque de una trompeta.
1.- Engaño religioso (Apocalipsis 6:1-2; comparar con Mateo 24:4-5, 11, 23-25)
2.- Guerras (Apocalipsis 6:3-4; comparar con Mateo 24:6-7)
3.- Hambres (Apocalipsis 6:5-6; comparar con Mateo 24:7)
4.- Epidemias (Apocalipsis 6:7-8; comparar con Mateo 24:7)
5.- Tribulación y persecución (Apocalipsis 6:9-11; comparar con Mateo 24:8-12, 21-22)
6.- Señales cósmicas (Apocalipsis 6:12-17; comparar con Mateo 24:29)
7.- LAS SIETE TROMPETAS
1) Destrucción de la vegetación (Apocalipsis 8:7)
2) Devastación de los océanos y de la vida marina (Apocalipsis 8:8-9)
3) Devastación de los ríos y del agua potable (Apocalipsis 8:10-11)
4) Se oscurecen el sol, la luna y las estrellas (Apocalipsis 8:12)
5) Grave aflicción a los humanidad (Apocalipsis 9:1-12)
6) Destrucción militar masiva (Apocalipsis 9:13-19)
7) La resurrección de los santos (primero los muertos resucitan, y luego los que hayan quedado vivos hasta este momento son transformados, y todos se
congregan con Yahushua en el aire), y entonces finalmente, se derraman LAS SIETE COPAS DE LA IRA DE YAHWEH sobre la tierra
(Las siete plagas postreras de Apocalipsis 15:1; 16:1-21)
“Y el ángel . . . juró por el que vive por los siglos de los siglos . . . que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Yahweh se consumará, tal como El lo anunció a sus siervos los profetas” (v. 5-7). A partir del momento del regreso de Yahushua, tras el toque de la séptima trompeta, se iniciará la fase final del plan de Yahweh.
LA BATALLA FINAL Y EL REGRESO A LA TIERRA DE YAHUSHUA JA MASHIAJ
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El apóstol Pedro escribió acerca de “la palabra profética . . . a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación [u origen], privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Yahweh hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21).
En cierto sentido, la Sagrada Escritura puede ser considerada como un tipo de máquina del tiempo que describe fielmente los acontecimientos del pasado, presente y futuro, desde el punto de vista y lenguaje del Padre Creador Yahweh. Y aunque la profecía bíblica habla extensamente sobre eventos ya ocurridos en el pasado, hay también un período futuro al que la profecía se refiere más que a cualquier otro. Las Escrituras aluden a ese tiempo como “el tiempo del fin,” “el fin de los siglos,” y “los postreros días.”
Yahweh habla profusamente de ese período obscuro y tenebroso que ocurrirá inmediatamente antes de la segunda venida del Mashiaj y Rey, Yahushua. Por supuesto, El conoce perfectamente lo que sucederá en el futuro lejano y cuáles serán las naciones que protagonizarán los eventos de ese tiempo tan crucial. Y una de ellas, según la descripción histórica y geográfica que entrega la Escritura, es la profecía del "rey del norte."
El libro del profeta Daniel tiene múltiples profecías cuyos cumplimientos se extienden desde el tiempo en que este profeta vivía, hasta el retorno de Yahushua ja Mashiaj a la tierra. En Daniel 10 y 11, hay otra importante profecía que tiene implicaciones del fin del tiempo. Esta profecía es muy transcendental porque revela el clima político y las tensiones en Medio Oriente previo a las apariciones primeras y segunda de Yahushua ja Mashiaj como el Mesías. En ambos casos, Yahjrusalém termina siendo el centro de los conflictos políticos de esas épocas. Ya la primera fase o cumplimiento de esta profecía tuvo lugar, pero falta su cumplimiento final que está pautado para "los últimos días."
Respecto a la serie de imperios mundiales sucesivos desde el tiempo en que vivía Daniel, hasta los días del fin cuando Yahushua regrese y establezca Su Reino de verdadera paz y justicia eternas aquí en la tierra, la Escritura nos provee varias profecías paralelas que describen y dejan en claro un orden muy específico en que todos esos reinos aparecerían.
Mediante dichas profecías---por ejemplo, la del sueño del rey Nabucodonosor, la de las cuatro bestias de Daniel, la de los dos machos cabríos, la de los reyes del norte y del sur, la de las 70 semanas, y las de las cuatro bestias del libro del Apocalipsis--- analizándolas y comparándolas unas con otras, podemos establecer que todas esas profecías se refieren en común a unos mismos gobiernos humanos surgiendo para los mismos tiempos, solo que estando representados de distintas maneras o por diferentes símbolos.
La profecía acerca del rey del norte y del rey del sur no se puede entender aisladamente, ni sin considerar la estrecha relación que esta mantiene con las demás profecías concernientes a los imperios de este mundo, que nos han sido dadas en las Escrituras.
Esta es una predicción acerca de las intrigas políticas y choques violentos ocurriendo, durante un largo y muy largo tiempo, entre dos poderes antagónicos que se refieren en la profecía como el "rey del norte" y el "rey del sur." Los nombres simplemente se derivan de referencias a su localización geográfica, en relación con la tierra de Israel y con su capital Yahjrusalém. Recordemos que el siervo Daniel era un príncipe de Yahjrusalém, y que el pueblo del Israel de Yahweh es el centro de la profecía.
Daniel deja muy en claro que no todos los choques que estos dos poderes tendrían, habrían de ocurrir exclusivamente para los tiempos en que el viviría. Así que las dos potencias descritas en esta profecía históricamente ya vinieron pero aún otra vez vendrán en el futuro de las regiones del globo que están al norte y al sur de Yahjrusalém. Esto no significa necesariamente que tienen que venir de las regiones extremadamente al sur o del norte.
Con respecto a esto, es importante notar que cuando las Escrituras mencionan profecías, éstas por lo general usan como punto de referencia a Israel y su capital, Yahjrusalém. Yahweh describe a ambas como el lugar al que Yahushua ja Mashiaj regresará un día para gobernar sobre toda la Tierra.
El profeta Zacarías incluso menciona el lugar donde Mashiaj posará sus pies cuando descienda a este planeta: “Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Yahjrusalém al oriente . . . Y el Eterno será rey sobre toda la tierra” (Zacarías 14:3-4, 9).
Veamos en el libro de Daniel una de las descripciones de los tiempos del fin, en la cual se mencionan algunas de las naciones que estarán involucradas.
Noten lo que se dice en Daniel 11:40-45 y 12:1-2 luego de que estos reyes hayan contendido uno contra otro en muchas ocasiones y tiempos previos: “Pero, al cabo del tiempo, el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y con muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra esplendorosa, y muchas provincias (del rey del sur) caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.
“Extenderá su mano contra las tierras, pero no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le sucumbirán. Sin embargo, noticias del oriente y del norte (del noreste) lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte esplendoroso y santo; pero llegará a su fin, y no tendrá quien le asista.
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta aquel entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo---todos los que se hallen inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”
Es importante incluir estos últimos versículos dentro del contexto y de cualquier análisis, porque algunos intérpretes humanos de la Biblia creen que esta sección en realidad habla solo de un tiempo en el pasado. Pero tal como ustedes pueden ver, estos eventos claramente se refieren a los últimos días, desde el momento mismo que precederá a la venida de Yahushua ja Mashiaj hasta la resurrección de los muertos a Su regreso (vea 1 Corintios 15:22-23 y 1 Tesalonicenses 4:16), algo que ciertamente aún no ha sucedido.
La profecía sobre el rey del norte y del rey del sur fue dada a Daniel en el tercer año de Ciro, rey de Persia (Daniel 10:1). Un hombre, sin duda un ángel (Daniel 10:5, comparen con Daniel 9:21), vino a decirle Daniel lo que habría de ocurrir "en los últimos días." ¡El enfoque principal de esta profecía es lo que sucederá en el tiempo del fin!
Así, en esta sección vemos un atisbo al conflicto de los últimos tiempos entre varias alianzas de naciones, una de ellas liderada por un gobernante llamado “el rey del sur,” y una segunda comandada por “el rey del norte,” además de fuerzas “del oriente y del norte” (o posiblemente del “noreste,” para lo cual no hay un término equivalente en idioma hebreo), las que eventualmente se incorporarán a la batalla. Recordemos que los puntos cardinales aquí tienen como referente a Israel.
Durante el tiempo en que Daniel escribió esta profecía, la región del rey del norte estaba gobernada por el Imperio medo-persa. De manera que los primeros en ser el rey del norte fueron los persas, luego lo fueron los griegos luego del Imperio Medo-Persia ser conquistado por el Imperio greco-macedonio, el cual a su vez y subsiguientemente fue absorbido por el Imperio Romano, convirtiéndose este último en el rey del norte final y definitivo. Pues aun cuando el Imperio romano original colapsó en 476 D.C., ¡éste ha resurgido periódicamente a lo largo de la historia hasta el mismo siglo XX (bajo nombres como “Sacro Imperio Romano” u otro término equivalente)! Incluso la alianza entre Adolfo Hitler y Benito Mussolini (quien proclamó públicamente en Italia que estaba restaurando una versión del antiguo Imperio Romano) eventualmente desembocó en la masacre universal que resultó de la Segunda Guerra Mundial.
Según nos revela la profecía, este inicuo “rey del norte” está destinado a surgir una vez más en el tiempo del fin. Después de ser provocado, sus fuerzas arrasarán y ocuparan las tierras de un postrero e igualmente inicuo rey del sur.
La profecía que se describe en Daniel 10 es una de las más detalladas en toda la Biblia. El tercer año de Ciro era más de 500 años antes del nacimiento del Mashiaj Yahushua, el Hijo de Yahweh. Sin embargo esta profecía predice eventos que comenzaron a producirse casi inmediatamente en aquel momento y que se prolongarán hasta la segunda venida de Yahushua ja Mashiaj. Por lo tanto, esta profecía trata sobre una intriga política muy prolongada.
Algunos elementos de lo que transcurre son complejos, y requieren mucha atención. Pero nos aclara bastante que hagamos una comparación certera de las palabras proféticas con los registros históricos.
Daniel 11:1-35 nos cuenta hechos, muchos años antes de la intriga entre el rey del sur y el rey del norte. Hablemos sobre la identidad de esos reyes en lo concerniente a la primera fase de esta profecía...
En la historia secular, el rey del sur se refiere a menudo a Ptolomeo, uno de los cuatro generales del rey Alejandro Magno, que tomaron el control del enorme Imperio Greco Macedonio a raíz de la prematura muerte de su Alejandro Magno ("el grande"). La Dinastía Ptolemaica gobernó desde Alejandría en Egipto, que en efecto está al sur de Israel.
Por otra parte, el rey del norte gobernó desde Antioquía en Siria, al norte de Israel, bajo el nombre de Seleuco, o Antíoco, de quien deriva el nombre de la ciudad de Antioquía. Recordemos que las profecías de Daniel proveen fechas bastante exactas para sus cumplimientos. Ningún otro gobernante de esa época encaja con las descripciones dadas en la profecía sobre la identidad del rey del norte y del rey del sur.
Con esto en mente, vamos a examinar algunos de los detalles de esta profecía. Encontramos más información certera sobre el cumplimiento histórico de mucho de esta profecía en recursos confiables tales como el Bible Commentary Expositor, del que citamos a continuación, u otras obras de referencia probadas como confiables. En lugar de nuestras citas de todo el pasaje de las escrituras, les recomendamos que lean en sus propias Escrituras los versículos que citamos. Sobre Daniel 11:2: Los "Magos Reyes" son Cambises, el hijo mayor de Ciro; pseudo-Esmerdis, un impostor que se hizo pasa por hijo menor de Ciro, que había sido asesinado en secreto; y Darío el persa. "El rey persa que invadió Grecia era... Jerjes, quien reinó 485-464 A.C." (Del Expositor, p. 128). Nadie mas encaja con el tiempo revelado para el cumplimiento de esta fase de la profecía.
Sobre Daniel 11:3-4 teneos que decir: El verso 3 nos introduce a... el ascenso de Alejandro el Grande (Alejandro Magno). Veamos lo que sabemos acerca de este rey. La frase idiomática en el verso 4 sugiere claramente que este poderoso conquistador iba a tener un reinado comparativamente breve... En siete u ocho años logró la más deslumbrante conquista militar en la historia humana. Pero él vivió por solamente cuatro años más; y... murió de fiebre en el año 323, a.c.... Todo esto es historia probada, ¡y no invento ni fantasía ni suposición de nadie!
Tras su muerte el reino de Alejandro fue dividido "entre cuatro imperios más pequeños y más débiles" (del Expositor, p. 129). El hijo de Alejandro había sido asesinado en 310 a.c., y un hermano ilegítimo asesinado en el 317 a.c.. "Por lo tanto no hubo descendientes o parientes consanguíneos que pudieran alcanzar el mismo éxito de Alejandro" (ibíd.). Así que su reino no fue dividido "entre su posteridad" (confirmando lo que dice en Daniel 11:4).
Los cuatro generales de Alejandro entran en guerra por el control de su enorme imperio. Las posteriores luchas por la dominación van eliminando a todos, excepto a cuatro, quienes muy efectivamente se convirtien en cabezas de las cuatro divisiones de su imperio. Los cuatro generales que se dividieron el imperio fueron Casandro, reinando en Grecia y en el oeste, Lisímacus en Tracia y Asia menor, Ptolomeo en Egipto, y Seleuco en Siria. De estos cuatro, solo dos---Ptolomeo y Seleuco — expandieron su gobierno y territorio. Estos eran los reyes de Egipto y Siria, respectivamente.
En la profecía de Daniel, las maquinaciones que siguen en la narrativa se refieren a estos dos personajes. Se refieren a Ptolomeo como el rey del sur y a Seleuco como el rey del Norte, debido a su ubicación en relación con Yahjrusalém y al tiempo dado para el cumplimiento de esta profecía. (La ubicación geográfica y el tiempo revelado en la profecía, son factores tan importantes como la propia descripción de los personajes, y no se pueden pasar por alto si deseamos obtener la revelación correcta de sus cumplimientos.)
La historia secular demuestra quien cumplió Daniel 11:5: "El rey del sur tiene que ser Ptolomeo I" (del Expositor, p. 130). La expresión bíblica "uno de sus príncipes" se refiere a Seleuco, otro de sus "generales." Apenas se había cumplido originalmente con Ptolomeo. En la intriga ocurrida después de la muerte de Alejandro Magno, Seleuco finalmente obtuvo el control de Siria y al hacerlo se convirtió él en el rey del norte. Seleuco eventualmente ejerció más poder que Ptolomeo. La dinastía de la línea de los Seléucidos debía continuar hasta el año 64 A.C., y no olvidemos que mientras el imperio greco-macedonio permanezca en pie, "el rey del norte" seguirá siendo éste.
¿Que sucede luego dentro del imperio greco-macedonio? Siguen las intrigas.
Los choques y amenazas entre el rey del sur y el rey del norte no cesan. Todo esto provoca tensiones. A raíz de esto, ahora "la guerra de Laodicea" surge y empieza a ser descrita en Daniel 11:6. Vemos que un terrible estado de tensión y de hostilidad existen entre aquel rey del sur y el rey del norte. Ptolomeo muere en 285 A.C., pero las tensiones continúan y en el año 252 los dos poderes intentan forjar un tratado para que haya paz entre ambos reyes, bajo el cual Berenice, la hija de Ptolomeo II (entonces rey del sur) iba a casarse con Antíoco II, entonces el rey del norte. Pero, Laodicea, la primera esposa de Antíoco II, estaba iracunda porque su esposo se había divorciado de ella para casarse con otra.
En represalia, Laodicea manipula una conspiración desde su lugar de destierro. Laodicea se convirtió en una especie de portavoz del pueblo que no consentía la unión con el rey del sur. ¿Que sucedió? Laodicea dictó y ejecutó lo que el pueblo quería, y que su ex-esposo Antíoco II no quería hacer. ¡Ella puso un fin a las intenciones de su ex-esposo "eliminando" a Berenice del panorama político y amoroso de Antíoco! Si, ¡Laodicea ordenó a Berenice y a su pequeño hijo ser asesinados! Dice el registro histórico que, "no mucho después el rey [Antíoco II] fue envenenado..." (ibíd.). ¡Mandó tambien matar a su ex-esposo! ¡Laodicea tan era mala y vengativa como lo había sido su ex-esposo Antíoco II!
Como resultado de su osadía se hizo popular, y Laodicea se levantó y se estableció a sí misma como reina de los greco-macedonios, porque su hijo Seleuco II era demasiado jovencito para gobernar. La frase en la profecía que dice "ella [Berenice] deberá ser rendida" se refiere al golpe de estado tramado por Laodicea diseñado para efectuar la ejecución de su enemiga Berenice. Incluso algunos nobles que habían apoyado a Berenice como Reina fueron llevados cautivos también.
Laodicea no lo sabía, pero si Berenice se hubiera casado con Seleuco II, los reinos del norte y del sur se habrían consolidado, ¡y la profecía de Daniel jamás se hubiera cumplido de ahí en lo sucesivo! ¡Tenían que permanecer antagónicos! Por esta razón Yahweh permitió que Laodicea emergiera y aplastara las intenciones de su marido de amalgamar a los dos reinos mediante un divorcio y matrimonio al que ella obviamente objetaría.
Daniel 11:7-9, leamos que sucede ahi: ¡Siguen las represalias! Una serie de acciones militares, que llegan a ser conocidas como la guerra de Laodicea, resultan. Ptolomeo II murió poco después que Laodicea matase a la hija de éste, Berenice. Y ahora Ptolomeo III, hijo de Ptolomeo II, intenta vengar la muerte de su hermana. Este Ptolomeo, el rey del sur de ese momento, ¡ataca y captura la capital Siria de Antioquía del rey del norte!
Todo esto está en la historia, y ningún otro evento histórico de esa fecha concuerda y cumple tan perfectamente la profecía de Daniel. El versículo 8 describe la recaptura por Ptolomeo de "ídolos perdidos y tesoros sagrados" (Expositor, p. 131) que habían sido robados de Egipto por Cambises en el año 524 A.C. Ptolomeo III recupera estos objetos de valor. Al fin, una especie de tregua fue concluída entre Ptolomeo III y Seleuco II en 240 a.c., y las hostilidades entre ambos fueron cesadas hasta el año 221 a.c., cuando Ptolomeo III murió. Pero las intrigas y las luchas entre "el rey del norte y el rey del sur" todavía no se detendrían por mucho MUCHO tiempo, tal como dice Daniel en la profecía.
Daniel 11:10-12 muestra otro "choque" mas entre estas dos naciones: Los hijos de Seleuco II atacan al rey del sur después de la muerte de su padre. Uno de estos hijos, Seleuco III, reinó sólo tres años. Su actividad militar fue relativamente una menor. Seleuco III también murió por envenenamiento. Otro hijo de Seleuco II, Antíoco III (el grande) cumplió el "abrumar y pasar," y conquistó a Judea.
Entonces, Ptolomeo IV, el rey del sur, tomó otra vez represalias contra el rey del norte (Daniel 11:11) y efectivamente derrotó al ejército mucho más grande de su enemigo Seleuco III, en lo que se conoce como "la batalla de rafia." Después de su victoria Ptolomeo IV se tornó a una vida de libertinaje, durante el cual asesinó a decenas de miles de judíos que vivían en Egipto (Daniel 11:12). No obstante, todo esto había debilitado su reino.
En Daniel 11:13-16, la frase "al final de unos años" se refiere a un incidente cuando, 14 años después de su derrota, Antíoco III (el entonces "rey del norte") vino contra Ptolomeo V (el entonces "rey del sur"), siendo todavía un muchacho joven. Ptolomeo IV había muerto en el año 203, a.c., y su hijo lo había sucedido como rey del sur. No obstante, ahora las provincias egipcias estaban en el caos debido a la miserable gobernación de Ptolomeo IV, y poca de su propia gente lo favorecía. Por eso, muchas de las personas — incluyendo a los judíos---simpatizaban con el rey del norte, al extremo de que se unieron con Antíoco III contra el rey del sur. Pero la rebelión fue aplastada en última instancia por el general egipcio Scopio (Daniel 11:14). ¡El rey del sur ganó!
Scopio rechazó también las fuerzas de Antioco III durante el invierno del 201-200 y amplió su dominio. Este rey del norte, Antíoco III, respondió con otra invasión. Capturó la ciudad de Sidón ("una ciudad fortificada"), donde se rindió Scopio (cumpliendo Daniel 11:15). Antíoco adquirió el control total de la Tierra Santa, la "tierra gloriosa" (cumpliendo Daniel 11:16). ¡Nadie mas pudo haber cumplido todo esto para aquellos tiempos!
Daniel 11:17: "El [el rey del norte] resolverá avanzar con todo el poderío de su Reino; y, cuando acceda a términos con el rey del sur, dará a su hija en matrimonio a él, con el fin de la destrucción del Reino; pero el Tratado no va a perdurar ni será su propósito uno que sirva."
Esto también se cumplió, tal y como lo había escrito el profeta: Habiendo derrotado a Scopio, Antíoco III "el grande," y deseando ahora obtener el control total de Egipto por sí mismo, planifica una estrategia. Él entrega a la hija de Scopio, llamada Cleopatra, a Ptolomeo V en matrimonio. Antíoco creyó que este matrimonio actuaría a su favor y que Cleopatra traicionaría los intereses de su marido. Pero ella, Cleopatra, había frustrado los planes concertados contra Ptolomeo.
Daniel 11:18-19: Roma se empieza a involucrar en la situación. En su frustración, Antíoco el grande ataca las islas y ciudades de la zona del Mar Egeo. Antíoco también dió asilo al enemigo de Roma, Aníbal de Cartago, quien lo asistió en el aterrizaje ejecutado en Grecia. Pero ahora, es Roma quien responde atacando a Antíoco y a Aníbal e inflige una derrota a sus fuerzas. Los romanos habían desprovisto a este Antíoco de gran parte de su territorio, y llevaron a varios de sus poderosos como rehenes a Roma, ¡incluyendo al propio hijo de Antíoco! Roma ahora exige tributo de Antíoco (Daniel 11:18).
Con todo esto que va sucediendo, el imperio greco-macedonio empieza a menguar ante las presiones e invasiones romanas, hasta que Roma llega a absober totalmente al imperio griego y así convertirse en el siguiente "rey del norte." El reino del rey del norte termina siendo absorbido por el Imperio Romano, y ese poder se convierte entonces en el reino norteño descrito en la última parte de Daniel 11.
De manera que hasta el versículo 18, los romanos siguen aumentando la presión contra el rey del norte griego. Este rey Antíoco regresa en deshonra a la ciudad- fortaleza que lleva su nombre, Antioquía. Incapaz de pagar los honorarios pesados exigidos por los romanos, Antíoco III intenta saquear un templo pagano. Pero su acción en este sentido enfureció a los habitantes locales al grado que lo asesinaron, llevándolo a un final "poco glorioso" (Daniel 11:19).
Daniel 11:20: Mientras que no es parte del canon de la Escritura tradicionalmente conocida como inspirada, el libro histórico de Macabeos 3:7-40 dice que otro hijo de Antíoco III, Seleuco IV, también fue incapaz de pagar los impuestos.
Los romanos siguen presionando al imperio griego. En un intento para aplacarlos y pagarles ese dinero, Seleuco IV envió a un judío llamado Heliodoro, para saquear el templo en Yahjrusalém. Heliodoro fue a la ciudad Santa, pero no obtuvo nada. Seleuco IV fue enrarecido por Heliodoro y muerto, "pero no en ira o en la batalla." Ahora en el hilo de la historia aparece el infame hermano de Seleuco IV, Antíoco IV llamado "Antíoco Epífanes."
El sirio Antíoco Epífanes aparece en Daniel 11:21-35: Este pasaje habla del infame Antíoco IV (conocido también como Epífanes), el hermano del fenecido Seleuco IV, que antes había sido tomado como rehén y llevado a Roma. Este hombre era un "tirano opresor que hizo todo lo posible para destruir la religión judaica en colectivo" (Expositor, p. 136). Odiaba a los romanos, pero también desarrolló un odio por todo el mundo que no fuera griego y que no cayera en sus manos, y con ese enorme odio retuvo su poder como "rey del norte" (era del dominio greco-macedonio) por un tiempo mas.
Antíoco Epífanes aprobó leyes que prohibían la práctica de la religión judía, bajo pena de muerte. Era un hombre de increíble crueldad. Bajo sus órdenes "un escriba envejecido, Eleazar, fue azotado hasta la muerte porque se negó a comer carne de cerdo. Una madre y sus siete hijos fueron sucesivamente masacrados, en presencia del gobernador, por negarse a rendir homenaje a una imagen. Dos madres que tenían circuncidar a sus hijos recién nacidos fueron conducidas a través de la ciudad y lanzadas precipitadamente de una muralla" (comenta Charles Pfeiffer, en su registro titulado "Entre los Testamentos," 1974, págs. 81-82).
Veamos Daniel 11:31 a la uz de la historia: Esto aquí se refiere a los acontecimientos trascendentales del 16 de Dic. del 168 A.C., cuando un endemoniado Antíoco entró en Yahjrusalém y mató a 80,000 hombres, mujeres y niños (5: 11-14). Entonces él profanó el templo santo ofreciendo un sacrificio al dios griego y jefe de todos los baalim, Zeus o Deus (de donde proviene la palabra "Dios"). Este escándalo perpetrado contra el templo santo fue el precursor de un evento similar que Yahushua dijo que ocurriría desde su primera venida hasta su final retorno en los últimos días (Matt 24:15). Asi vemos que la profecía de Daniel tiene mas de un cumplimiento inicial del que ya se registró en la historia, ¡sino que le falta un posterior cumplimiento que aún ha de suceder!
Daniel 11:32-35: Estos verículos parecen describir, en un nivel, la indomable voluntad y el valor de los Macabeos, una familia de sacerdotes que resistían al sirio-greco Antíoco y a sus sucesores. La revuelta de los Macabeos contra este rey del norte fue provocada cuando "Matatías, el sacerdote principal en la ciudad, después de matar a un oficial de Antíoco que había venido a imponer el nuevo decreto sobre la adoración idolátrica... dirigió una banda de guerrilleros judíos que huyeron a las montañas..." (Expositor, p. 141).
Matatías fue ayudado en su causa por cinco hijos, más notablemente por uno que se llamaba Judá o Judas, apodado "Maqqaba" (vocablo arameo para martillo, de dónde deriva el nombre de los Macabeos). Muchos de estos patriotas murieron en esta causa, aunque su heroísmo en última instancia solo condujo a las fuerzas sirias del país contra la Tierra Santa y los judíos no pudieron prevalecer.
En otro nivel y aplicación futura, estos pasajes incluso podrían referirse a la Asamblea de Nuevo Pacto, con sus referencias a obras poderosas, a la persecución y a la apostasía de algunos...los santos serán perseguidos y serán vencidos en sentido físico, pero no en sentido espiritual. En ese sentido---que es el que ultimadamente importa---los santos vencerán.
¿Quién fue ese rey del norte durante el período inmediatamente previo al nacimiento de Nuestro Amo Yahushua ja Mashiaj? En el año 65, a.c., la Siria de los seléucidos fue absorbida por el Imperio Romano. De hecho, ¡en ese momento ese imperio se convirtió en el reino del norte! Esta es la transición clave que nos permite entender cómo es que esta profecía se aplica y se va a cumplir en el tiempo del fin. De ahí en adelante, el término profético "rey del norte" ya mas nunca es una referencia a los reyes griegos ni a los Seléucidas de Siria, sino que se refiere a los líderes del Imperio Romano y sus sucesores.
Daniel 11:36-38 describe acciones de emperadores romanos y sus sucesores, pasando a través del tiempo hasta llegar hasta el final "carismático líder" de los últimos días. El capítulo 11 hasta este punto había contenido predicciones sorprendentemente precisas de toda una secuencia de eventos desde el reinado de Ciro el persa... hasta el esfuerzo ultimadamente infructuoso del sirio Antíoco Epífanes para acabar con la fe judía.
Pero de Daniel 11:40 en adelante, el profeta se refiere a eventos que aún están por venir ("Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él..."). Claramente, estos dos reinos se verán involucrados en otro estallido mas---el final y definitivo---de ese antiguo conflicto. Solo que esta vez la conclusión será muy distinta a la que había estado ocurriendo en el pasado, ¡porque estos eventos llevarán directamente a la Batalla de Armagedón y a la segunda venida de Yahushua ja Mashiaj!
El sucesor final de este rey intentará, como lo han hecho sus precios antecesores, restaurar en Roma un imperio mundial como el que hubo hace 2,000 años cuando Yahushua vino por primera vez a esta tierra. Este gobierno es la "cuarta bestia" de la que el apóstol Juan habla en Apocalipsis. Será, una vez mas, un sistema dictatorial y militar, con el apoyo de una gran iglesia mundial pero falsa, que es representada como una gran ramera que tiene relaciones inmorales con los gobernantes de este mundo (Apoc 13:11-12, 17:1-7).
Dado el hecho que la bestia mencionada por Daniel en el cap. 7 existirá para los tiempos del regreso de Mashiaj, al igual que la poderosa bestia que Juan vió en el cap. 17, ambas profecías son la misma, y ambas bestias del tiempo del fin son UNA y la misma, ¡ya que hablan de la misma resurrección del imperio romano en los tiempos del fin!
Aunque no tenemos una bola de cristal para saber estas cosas, sí tenemos algo mucho mejor: la propia Palabra de Yahweh. Como dijo Yahweh en Isaías 46:9-10: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Yahweh, y no hay otro Elojim, y nada hay semejante a Mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” ¡Solo El puede decir con plena seguridad y certeza lo que depara el futuro! Y este maravilloso y amoroso Elojim nos lo revela por adelantado a nosotros los de Su pueblo santo quienes "guardamos Sus mandamientos y tenemos el testimonio de Su Hijo Yahushua"....¡y a nadie mas se lo revela!
El cumplimiento histórico de la profecía, una vez realizado, ahora cambia al cumplimiento futuro de esa misma profecía. Del versículo 38 en adelante, vemos que en la profecía de Daniel este punto adquiere definitivamente un tono diferente, refiriéndose explícitamente a "el tiempo del fin" desde el final del versículo 35. Para citar del Expositor: "Esta sección presente (vv. 36-39) contiene algunas características que difícilmente se puedan todas aplicar a Antíoco IV nadamás, aunque la mayoría de los detalles podrían aplicársele a él así como a su antetipo de los últimos días, 'la bestia'." (Expositor, p. 143).
Desde Antíoco Epífanes en adelante, poco de más de un siglo pasaría, hasta que el general romano Pompeyo conquistara a Yahjrusalém y de ahí en lo sucesivo Roma se convirtiera en el rey del norte. Los greco-romanos (y también los sirios, que estaban bajo el dominio griego), dejarían de ser "el rey del norte." Luego de muchos siglos, finalmente gran parte del Medio Oriente pasó al control del imperio romano. ¡Eran los romanos lo que gobernaban Judea cuando el Mashiaj estuvo en la tierra! Y de ahí en adelante se empezó a cumplir la profecía acerca de la "bestial final."
Ya la primera invasión romana de Yahrusalém ocurrió luego de la muerte del Amo Yahushua ja Mashiaj, cuando las tropas del General Tito arrasaron la ciudad, y salvajemente la destruyeron y quemaron con todo y su gran templo, ¡dispersando a sus sobrevivientes hacia las naciones! Pero no todo se ha cumplido ahí. ¡La Escritura revela que lo mismo va a volver a suceder justo antes de que el Amo Yahushua retorne a reinar sobre la tierra!
Examinando otras profecías dadas por Daniel, vemos que el plazo concedido al verdadero Israel como pueblo de Yahweh, termina al final de las 70 semanas, o sea, 490 años. A más tardar, este período finaliza en el año 34 D.C., el año de la muerte de Nuestro Amo. Durante los 3 años y medio después de la muerte de Yahushua, se predicó el evangelio exclusivamente a los de la Casa de Judah, el cual relativamente muy pocos aceptaron. En ese tiempo, y a consecuencia de su incredulidad, comenzó una terrible persecución de los judíos hacia los creyentes, siendo Esteban el primer hombre en sufrir el martirio por causa de la Palabra y de su conversión.
¿Qué sucedería en aquel tiempo con la ciudad de Yahjrusalém? ¡Lo mismo que sucederá en el futuro! Es decir, esto:
"...y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario..." (Daniel 9:26). Lo mismo que ya fue, volverá a ser---dice la Escritura.
Y en efecto, sucedió tal como había sido predicho: la cuarta bestia, es decir, los ejércitos romanos, sitiaron la ciudad de Yahjrusalém en el año 70; y después de sitiarla y reducirla por hambre, fue tomada por asalto, quemada y destruida. ¡Más de un millón de sus habitantes fueron muertos por las tropas del General romano Tito!
La exactitud de la profecía bíblica, especialmente estas predicciones quasi-matemáticas, son el sello de garantía de la veracidad de la profecía y son la comprobación irrefutable de que toda la Escritura es inspirada por Yahweh.
Además, la profecía de las 70 semanas de Daniel es la prueba más clara e inconfundible de que Yahushua fue el Mesías prometido. ¡No hay excusa para no creer! Pero ahora falta que se repita la misma historia, antes de que el Amo Yahushua retorne.
En efecto, la misma bestia que "antes fue" volverá a resurgir en la escena mundial para los "últimos días," ¡y volverá a tomar y saquear la ciudad santa y matar a muchos! Pero primero se tiene que cumplir un evento que ha sido profetizado por Daniel en la profecía del rey del norte y del rey del sur. ¡Ocurrirá un final "choque" entre estos dos antiguos enemigos, el rey del norte y el rey del sur!
El legado de este conflicto Norte-Sur es visible aún hoy en día. La tensión entre una Europa tradicionalmente romano-cristiana y un profundamente islámico Oriente hacia el sur, se encuentra en sus niveles más altos desde la ofensiva otomana del siglo XIX.
Este conflicto secular/económico/político/religioso se reanudará según el tiempo del fin se acerque. El rey del sur siegue siendo Egipto, y no ha parado de existir, pero tiene que resurgir la bestia que encaja con la descripción del rey del norte, la cual misteriosamente "ha desaparecido temporalmente."
Apocalipsis 17:8
"La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y que vendrá."
Un imperio romano revivido buscaría una mayor influencia en esta región vital, y según la profecía las llegará a controlar. Y las potencias regionales musulmanes sin duda querrían tomaría represalias y sufrirán las consecuencias por haber tenido la osadía de enfrentarse a la cuarta bestia "espantosa y terrible," ¡ante la cual los habitantes del mundo se maravillarán y dirán "¿quien como ella?"!
En Daniel 11 podemos ver que el rey del sur de los últimos tiempos será un líder que comandará un grupo de naciones ubicadas en su mayoría al sur de Israel, pero que también se extenderá al este y al oeste, ya que las Escrituras nombran a varias de ellas: Egipto y Etiopía, al sur; Edom, Moab, Amón (tres naciones antiguas que componen gran parte de la Jordania moderna, al oriente de la tierra santa), y Libia (al occidente).
Noten lo que las Escrituras aseguran acerca de este enfrentamiento, dice que “muchas provincias caerán," implicando que puede abarcar otras naciones cercanas ubicadas al este, al sur y al oeste de la tierra santa pero que no son mencionadas por su nombre. Estas naciones hoy tienen en común dos factores: en su mayoría son de descendencia árabe, y su religión es el islam.
Entonces, esta confederación llamada y descrita como el final "rey del sur" está constituida principalmente de naciones árabes cuya religión es el islam. Posiblemente se trate de un califato islámico renacido, el cual desde hace mucho ha sido un sueño para millones de musulmanes. Pero ellos también sueñan con conquistar a Europa y revivir los días del esplendor de los imperios islámicos anteriores, que durante siglos invadieron---y en algunos casos dominaron parcial o completamente por cierto tiempo---España, Portugal, Francia, Europa Oriental, Sicilia e Italia.
En años recientes varios líderes y personalidades religiosas musulmanas han hecho alarde de su deseo de capturar a Roma, a la que consideran el trono de Europa y del cristianismo. Según su perspectiva, una victoria en tal sentido probaría la superioridad del islam sobre el cristianismo.
Otros países no árabes, como Paquistán (que posee docenas de cabezas nucleares) e Irán, del cual se sospecha que está adquiriendo armas nucleares, son también reinos islámicos en su gran mayoría. Más aún, varias ramas militantes de la religión islámica están trastornando una gran franja del mundo que se extiende desde la costa atlántica de África del Norte hasta Afganistán y la India.
Donde Rusia y China parecen encajar bastante en la profecía de Daniel, es cuando indica que después de que el rey del norte invada la Tierra Santa, “noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44). Debido a que varias naciones de esta región serán invadidas y conquistadas por el rey del norte, lógicamente habrá una reacción militar por parte de las potencias principales al norte y al este (o, nuevamente, posiblemente al noreste) de esa región, para tratar de contrarrestar un avance continuo y desenfrenado de este rey del norte.
Al este de la Tierra Santa se extiende una gran franja de naciones musulmanas que se enfurecerían frente a la toma de la tercera ciudad más santa del islam, Jerusalén. Entre ellas están Jordania, Irak, Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Baréin, Omán, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Afganistán, Paquistán y varias naciones predominantemente musulmanas de la antigua Unión Soviética, además de India, con sus 200 millones de musulmanes. Al norte de la Tierra Santa hay más naciones musulmanas: el Líbano, Siria y Turquía, además de áreas de Rusia que tienen grandes poblaciones islámicas.
Cualquier invasión a la Tierra Santa liderada por Europa, como se predice en esta profecía, sería vista por los musulmanes de estas regiones como otra “cruzada” en contra del islam. Y aunque a los oídos occidentales la palabra “cruzada” les pueda sonar un poco extraña, ese es precisamente él término que usaron los musulmanes para describir las invasiones a Irak y Afganistán lideradas por Estados Unidos. En las mentes de millones de musulmanes las cruzadas nunca han terminado y el islam continúa en pie de guerra contra el cristianismo en una batalla por la supremacía, tal como se refleja en las palabras y acciones de muchos yijadistas en la actualidad.
Sin duda, una toma de "Jerusalém" y de la Tierra Santa por parte del rey del norte (que para los musulmanes, son las nacciones "occidentales") convocaría a muchos musulmanes para pelear y expulsar a los “cruzados,” tal como ocurrió en Irak y Afganistán cuando las fuerzas occidentales fueron forzadas a retirarse en medio de una gran humillación. El vacío que dejaron fue llenado apresuradamente por grupos militantes islámicos, con el consecuente caos que ya el mundo conoce.
Daniel 11:44 nos dice que “noticias del oriente” perturbarán mucho al rey del norte. ¿A qué puede referirse esto? La propia Escritura nos lo revela:
El libro de Apocalipsis, explicando ciertos aspectos de la profecía de Daniel que había estado "sellada," describe dos avances principales de tropas que involucran al río Éufrates, la antigua frontera entre el Imperio romano y sus adversarios al oriente. Sin duda que estos desplazamientos desde el oriente ocurrirán en retalación a la toma de la Tierra Santa por parte del rey del norte.
Las potencias orientales desplegarán un masivo ejército de 200 millones y lanzarán un aparente contrataque llamado “el segundo ay,” cuando otra tercera parte de la humanidad morirá, evidentemente por el uso de armas de destrucción masiva (Apocalipsis 9:13-18). Luego, a medida que se aproxime el regreso de Yahushua ja Mashiaj, una fuerza liderada por “los reyes [gobiernos] del oriente” cruzará el Éufrates, que se habrá secado a consecuencia de la sexta de las siete plagas, las que colectivamente son llamadas “el tercer ay” (Apocalipsis 16:12) pues ocurren tras el toque de la séptima trompeta.
Como se explicó anteriormente, al este de la Tierra Santa hay un gran número de naciones musulmanas. Más hacia el oriente se encuentran las grandes potencias de la India, China y el Japón, además de otras naciones islámicas como Indonesia y Malasia. Algunas de estas naciones muy bien podrían conformar esa alianza pofetizada, ya que el Medio Oriente tiene gran relevancia para sus intereses nacionales. El petróleo del Medio Oriente es muy importante para varias de ellas, y quienes profesan la fe islámica en Asia consideran que las ciudades de Yahjrusalém, la Meca y Medina (estas dos últimas en Arabia Saudita) son sus bastiones sagrados.
Indudablemente, para estas naciones sería inaceptable ver a sus ciudades sagradas bajo la amenaza de ser tomadas por una potencia extraña como lo sería una europea. Además, con las fuerzas europeas gobernando al menos parte del Medio Oriente, el equilibrio del poder y la riqueza cambiaría radicalmente y se inclinaría en contra de estas potencias islámicas.
Rusia, por su lado, podría inclinarse a formar parte, tanto del rey del norte como del rey del sur finales, ya que muchas veces tienen intereses económicos y políticos en común con ambos lados.
Tal como un artículo reciente de la revista El economista destacó, “las relaciones entre Rusia y la China (el vecino más grande de Rusia y la mayor potencia de Asia), están prosperando, alentadas por el acuerdo al que llegaron en mayo pasado [2014] de suministrar gas siberiano a China por 30 años a través de gaseoductos . . . China tiene una gran necesidad de energía rusa; y como otro miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, es un importante escudo político” (“Banyan: Bear With Us”, 21 de febrero de 2015, p. 41).
Por lo tanto, una amenaza al suministro de petróleo del Medio Oriente y a sus imprescindibles vías marinas definitivamente provocaría una reacción inmediata por parte de cualquiera de estas naciones. China, con su población de más de mil trescientos millones, podría ciertamente desplegar una inmensa fuerza militar, y el la fuerza y la tecnología militar de Rusia también son de primera categoría.
En cuanto al rey del norte, la Escritura dice que contenderá con aquellos que eventualmente formen una alianza en contra de él y que “saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44).
Vemos entonces que hay dos movimientos principales de fuerzas geopolíticas ubicadas al este y al norte de la Tierra Santa, más allá del río Éufrates, y varios candidatos importantes que también podrían formar parte de estas fuerzas. Ello incluiría a la inmensa población de musulmanes a lo largo del sur de Asia, como también a la gente de Rusia, China, India y Japón.
La marcha final para luchar contra las fuerzas europeas en la Tierra Santa culminará con la convergencia de ambos bandos en el Valle de Har Meggidó (Armagedón) y la gran batalla en las inmediaciones de Yahjrusalém al regreso de Yahushua, en la cual tanto las fuerzas europeas como las de Oriente serán totalmente destruídas.
El fortalecimiento del poderío humano está destinado a tener un gran impacto en los eventos de los últimos días que culminarán con el regreso del Mashiaj, por lo que debemos estar vigilantes y prestando atención a las noticias del mundo, especialmente en lo que respecta a estas importantes naciones.
Sin embargo, después de todo hay buenas noticias para el Pueblo Santo y para las naciones del resto del mundo a partir del séptimo día milenario. Al final del sexto día milenario, Yahushua regresará a la tierra para poner fin a la política humana, la codicia, la tiranía y la guerra. Una de las escrituras más alentadoras en este sentido se encuentra en Isaías 2, que describe lo que ocurrirá después de que este tiempo de conflicto global termine y Yahushua venga a gobernar sobre las naciones.
Nuestra esperanza y meta final es ser parte de su Reino venidero, ya que en ese entonces por fin habrá paz y armonía sobre la Tierra. ¿Les gustaría ser también parte de ese Reino? Pues sepan que este es el objetivo de estos mensajes reveladores, alertadores y alentadores.
Les dejaremos por ahora para que mediten con estos versos de Isaías 2:3-4, ya que describen esa maravillosa solución a la guerra: “. . . Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Elojim de Jacob; y nos enseñará Sus caminos, y caminaremos por Sus sendas. Porque de Zión saldrá la ley, y de Yahjrusalém la palabra de Elojim. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; ¡y ya no alzará mas espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra"!
La Palabra de Yahweh se interpreta a sí misma. La Escritura nos provee varias profecías paralelas que describen la serie de imperios mundiales sucesivos desde el tiempo en que vivía Daniel, hasta los días del fin cuando Yahushua regrese y establezca Su Reino de verdadera paz y justicia eternas aquí en la tierra. Mediante las cuales, analizándolas y comparándolas, podemos establecer que todas esas profecías se refieren a los mismos gobiernos humanos, solo que representados de distintas maneras. No hay excusa para no entender cuando la Verdad Kodesh es presentada como la presenta Yahweh.
Cuando las personas insisten en enseñar herejías---cosas contrarias a la sana doctrina y a la fe dada de una vez y por todas a los santos---Yahweh los hace responsables y los trata como engañadores que obran no para El, sino para el servicio de Satanás. Veamos la advertencia que Yahweh hace al final del Apocalipsis: “Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Yahweh quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:19).
Mas abajo en esta misma página, no se pierdan un útil bosquejo de la cronología de la profecía, y que Nuestro Abba Yahweh los ilumine, guíe por el camino correcto y guarde a todos de caer en la herejía y libre de todo mal, ¡para que sean benditos y resulten salvos en el día postrero!
Su siervo, hermano y pastor,
Rafael
Esquema cronológico de los eventos narrados en Apocalipsis
(Utilicen este recuadro para entender la cronología del Apocalipsis)
LOS SIETE SELLOS
Al ser abierto el séptimo sello, por fin se puede abrir todo el rollo. Gran parte de lo que queda del libro está subdividido en siete partes principales, cada una anunciada por el toque de una trompeta.
1.- Engaño religioso (Apocalipsis 6:1-2; comparar con Mateo 24:4-5, 11, 23-25)
2.- Guerras (Apocalipsis 6:3-4; comparar con Mateo 24:6-7)
3.- Hambres (Apocalipsis 6:5-6; comparar con Mateo 24:7)
4.- Epidemias (Apocalipsis 6:7-8; comparar con Mateo 24:7)
5.- Tribulación y persecución (Apocalipsis 6:9-11; comparar con Mateo 24:8-12, 21-22)
6.- Señales cósmicas (Apocalipsis 6:12-17; comparar con Mateo 24:29)
7.- LAS SIETE TROMPETAS
1) Destrucción de la vegetación (Apocalipsis 8:7)
2) Devastación de los océanos y de la vida marina (Apocalipsis 8:8-9)
3) Devastación de los ríos y del agua potable (Apocalipsis 8:10-11)
4) Se oscurecen el sol, la luna y las estrellas (Apocalipsis 8:12)
5) Grave aflicción a los humanidad (Apocalipsis 9:1-12)
6) Destrucción militar masiva (Apocalipsis 9:13-19)
7) La resurrección de los santos (primero los muertos resucitan, y luego los que hayan quedado vivos hasta este momento son transformados, y todos se
congregan con Yahushua en el aire), y entonces finalmente, se derraman LAS SIETE COPAS DE LA IRA DE YAHWEH sobre la tierra
(Las siete plagas postreras de Apocalipsis 15:1; 16:1-21)
“Y el ángel . . . juró por el que vive por los siglos de los siglos . . . que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Yahweh se consumará, tal como El lo anunció a sus siervos los profetas” (v. 5-7). A partir del momento del regreso de Yahushua, tras el toque de la séptima trompeta, se iniciará la fase final del plan de Yahweh.
LA BATALLA FINAL Y EL REGRESO A LA TIERRA DE YAHUSHUA JA MASHIAJ
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